Le he prometido a mi hijo mayor, que dormiremos en un barco el día que viajemos a Ámsterdam.

Como para eso queda un tiempo, cuando tengan unos 9-10 años, de momento vamos a soñar un poco con este barco-vivienda de los canales de la capital holandesa.

Si te das una vuelta por las webs de alquiler vacacional, verás las maravillas de viviendas flotantes que tienen. Creo que para pasar unos días puede ser una experiencia bien bonita.

Esta casa parte de su potente iluminación  su decoración a base de plantas y vegetales por todos los rincones.

Pocos muebles, pero coloridos, que alegran el espacio incluso en los meses fríos; uno de los detalles que más me ha llamado la atención es el vinilo o papel pintado del aseo, no puede ser más acertado.